miércoles, 4 de junio de 2008







Escrito por TIM URSINY y BÁRBARA KAY, la edición original de esta obra ha sido publicada en lengua inglesa por Sourcebooks, con el titulo de “The top Performer’s guide to change” publicado en español en el 2007 y editado por Gestion 2000. Un triunfador tiene que ser un maestro en la gestión del cambio. Los triunfadores saben que el cambio es el camino hacia el futuro. El proceso de cambio es lo que la gente experimenta como respuesta, ejemplos clave de ello son el trabajo de Dennis O’ Connor
y Donald Wolfe, que en 1987 expandieron la teoría del cambio para incluir en ellas las transiciones de las “etapas de la vida”. Para simplificar, el alcance de las investigaciones podría resumirse en tres etapas de cambio fundamentales: conmoción, adaptación y resultado.

La conmoción es la primera respuesta al acontecimiento. La adaptación es una fase donde nos adaptamos a la nueva situación con éxito o sin él y el resultado se genera a partir de nuestras decisiones y experiencias de conmoción y adaptación. Nadie puede detener el cambio, pero si podemos influir sobre los resultados. El primer paso para convertirse en un triunfador en momento de cambio consiste en comprenderse a uno mismo. El cambio nos ofrece la oportunidad de obtener dos resultados distintos: Desengaño o victoria. Cada vez que nos enfrentamos a un cambio tenemos que tomar decisiones, incluso la decisión puede considerarse una indecisión. Cada vez que nos enfrentamos a un cambio, tomamos la decisión de mostrarnos preactivos o reactivos. Las victimas del cambio caen atrapadas en seis callejones sin salida reactivos: preocupación, negación, resistencia, retraimiento, inculpación y ruptura.

Lo que hace que la preocupación sea destructiva es la naturaleza fastidiosa de la ansiedad constante. La preocupación no fomenta acción ni resolución de problemas, sino genera miedo, hay personas que, más que preocuparse, niegan. Ignoran el cambio se autoconvencen de que el cambio no va a afectarles. Mientras que la resistencia es una forma más concientes de negación. No nos negamos al creer en el cambio, pero nos resistimos tercamente a adaptarnos a él. La inculpación es otra reacción de la victima del cambio. Los Inculpadores consagran toda su energía a señalar con el dedo a los demás, a parte el retraimiento hace que nos aislemos de recursos personales y prácticos. Las personas que se retraen no buscan el apoyo que motivaría, animaría y ayudaría su progreso.

A veces los desafíos y los cambios no son grandes transiciones de la vida; a veces no son más que aventuras del día a día. Un cambio supone para todos enfrentarse a muchos desafíos. Uno de estos desafíos es la percepción y tenemos que elegir: podemos centrarnos en lo negativo o podemos centrarnos en lo positivo. Los triunfadores conocen seis disciplinas de conquista que mencionaremos aquí brevemente: AFLIGIRSE, nadie escapa ileso de un cambio importante. La aflicción forma parte real y necesariamente, del proceso de convertirse en un abanderado del cambio. ACEPTAR, fomenta la aflicción sana y posibilita el seguir adelante. Con la aceptación afrontamos las consecuencias. PLANIFICAR, conduce a que aceptemos los desafíos y deseemos superar los obstáculos y conseguir el éxito. PERDONAR, el contrario de inculpar es perdonar. Perdonar es un ejercicio liberador y que otorga bendición. CONSTRUIR, significa trabajar paso a paso para crear una nueva realidad. La construcción incluye conseguir conocimientos, recursos, habilidad y personas que puedan contribuir a la causa.

El miedo es uno de los peligros más primitivos del cambio, ya que es la emoción humana más básica. Es necesario para la supervivencia. El ser humano no habría sobrevivido en el mundo primitivo sin disponer del miedo como herramienta para huir del peligro. El miedo impulsa a nuestro cuerpo a pelear o salir huyendo. Los miedos mas comunes al cambio son: ¡No se que pasara!, ¡No se como actuar!, Perderé cosas!, !No tendré las habilidades necesarias!, ¡perderé relaciones!. En los momentos de cambio estos cinco miedos actúan como una manada de lobos que pretenden rodearnos. Se apoderan de nuestra mente, se abalanza sobre nuestro cuerpo y nos hacen temblar, resistirnos o salir huyendo. Recuerde, estos miedos viven en nuestro cerebros primitivos. Si nos permitimos escuchar estos miedos, dejaremos que fomenten peligrosos errores de percepción. (A menudos cometemos el error de pensar que las circunstancias o poseer un talento especial determina nuestras probabilidades de éxito en tiempos de cambios).

La gente que se cree con suerte tiene un conjunto inconfundible de expectativas y comportamientos. Se trata, en general, de personas relajadas, optimistas y de mentalidad abierta. ¡Cada uno se busca su propia suerte! La ansiedad, el pesimismo y la estrechez de miras de las personas (desafortunadas) les impiden aprovechar las oportunidades. La investigación de Wiseman ha demostrado que es posible entrenar a la gente para convertirla en la gente con suerte. Una empresa que recibió formación sobre la “suerte” obtuvo posteriormente un aumento mensual en sus ventas de veinte por ciento, siendo el último mes del año el mejor de los últimos tres años. ¡La formación es un proceso muy influyente, para lo bueno y para lo malo! Es posible formar a la gente que aprenda a tener suerte. Nosotros disponemos de la misma oportunidad. Aunque parezca una locura, los problemas pueden ser buenos. Podemos utilizar las épocas de cambios para entrenarnos para lograr el éxito ahora y en el futuro. El beneficio adicional para el cambio es que aumenta las probabilidades de éxito, tanto presente como futuro.

Existe un área adicional que debemos abordar y que no es otra que la influencia del estilo personal sobre nuestra manera de afrontar el cambio. Es importante destacar que el estilo personal no es lo mismo que la personalidad. El concepto de estilos personales fue explorado por el psicólogo William Marston cuando estudio las emociones de la gente a principios del siglo XX. Hay cuatro principales estilos de comportamientos que son el dominio, influencia, estabilidad y rectitud. Evidentemente, estos cuatros estilos tendrán formas distintas de abordar el cambio. Los Grandes triunfadores con un grado de dominio elevado probablemente querrán hacerse cargo de situaciones en momentos de cambio, cambiaran rápidamente de idea, elegirán una nueva línea de actuación y valoraran el reto que supone superar nuevos obstáculos. Los grandes triunfadores con un grado de influencia elevado aceptaran la aventura y la variedad que supone el cambio, buscaran la forma de inspirarse e inspiraran a los demás a lo largo del proceso.

Los grandes triunfadores saben que adaptarse a diferentes entornos y a gente distinta es clave para convertirse en un abanderado del cambio. Pero igualmente es importante asumir responsabilidades, esto es como entrar en una nueva cultura. Entramos en el cambio cargando con nosotros nuestras expectativas y valores, a menudo sin ser muy consciente de ellos. La primera elección que debemos hacer es sobre como respondemos a un cambio de nuestra vida. Estas elecciones deberían ser como objetos que llevamos con nosotros. El primer punto en el orden del día es elegir nuestro foco, nuestra actividad y el cambio a seguir. Estas son las bases sobre las que se construye el éxito. Las elecciones inteligentes y las creencias estratégicas proporcionan la energía necesaria y los objetos para ponerse en acción. La acción productiva puede resumirse en cuatro palabras: preparación, realización, revisión y reclutamiento.

La preparación en el cambio crea una nueva realidad y la realización trata de examinar el paisaje, debemos pasar a establecer los objetivos que nos lleven a avanzar hacia nuestro destino. A demás la revisión forma parte del proceso que los grandes triunfadores llevan a cabo automáticamente, pueden producirse en cualquier momento en el que los acontecimientos obstaculizan o redirigen los objetivos que tenemos establecidos. El reclutamiento como ya se ha mencionado, las personas prosperas poseen unas característica comunes que determinan su éxito.

Existen diferencias entre un abanderado y un líder. Un abanderado o campeón alcanza el éxito personal, obtiene una victoria personal o un trofeo personal, real o simbólico. ¿Existen muchos líderes en tiempos de cambio? Por desgracia, los líderes en momento de cambio son la minoría. La mayoría son desertores del cambio. Durante un cambio organizativo, la mayoría de la gente se resiste activa o pasivamente al cambio.

La investigación empresarial nos enseña que los líderes del cambio son positivos, abiertos, expertos en relaciones, concienzudos y adaptables. Están dotados de una destacable inteligencia emocional. A menudo pensamos que los líderes del cambio son personas con grandes títulos y con una autoridad establecida. Pero los héroes del cambio pueden surgir también entre gente que, aparentemente, tiene poco poder. En este libro hemos visto que el cambio es inevitable y que además se acelera cada día más. Cuando pensamos en un gran triunfador, solemos pensar en logros o éxitos personales. En realidad, los grandes triunfadores impactan a todo aquel que les rodea, inspiran a los demás hacia la grandeza y los desafían para que asuman responsabilidades, Los Grandes triunfadores conocen el valor de la sociedad que les rodea y su impacto sobre dicha sociedad.

Publicado por: Mebida E. Lira H.