viernes, 25 de abril de 2008

Manual del Pequeño Saboteador


Münchhausen M. y Scherer H. (2007) Versión en Español. Manual del pequeño saboteador. Cómo manejar a los enemigos internos de la empresa. Ediciones Gestión 2000.Barcelona, España.




Marcos Von Münchhausen y Hermann Scherer son dos reconocidos expertos empresariales europeos quienes escribieron este libro en el año 2003 pero su versión en español fue publicada en el año 2007. En él nos enseñan a identificar, conocer y a manejar los enemigos internos de la empresa, nos plantean una serie de interrogantes que nos iremos respondiendo a medida que vamos conociendo quiénes son y dónde se encuentran los llamados Saboteadores Internos, que no son otros que nosotros mismos, así como lo estamos leyendo, nosotros, quienes con nuestros miedos, dudas, incertidumbre, inseguridades, muchas veces concientes, otras no, vamos derrumbando proyectos, metas y planes sin saber a ciencia cierta por qué lo hacemos u otras veces con alto grado de responsabilidad.


El enfoque principal de este libro es que lleguemos a reconocer a los pequeños saboteadores dentro de cualquier organización que nos desempeñemos, pero la “buena noticia”: convertirlos en nuestros aliados y hasta en los mejores consultores de cualquier empresa. Ellos nos explican como los saboteadores hacen de las suyas y los daños que llegan a causar. Los saboteadores internos son desde altos directivos hasta el personal de más bajo rango, quienes desde diversos ángulos obstaculizan todo aquello que propicie un cambio, llámese cambio a una propuesta diferente, una nueva norma, estrategia, reestructuración, etc. Ellos están allí de inmediato para actuar y poner todas las trabas posible, no sin antes demostrar lo poderoso que son y cómo influyen en los demás causando serios problemas organizacionales, problemas que quizás en el pasado eran menos notorios pero que hoy en día causan un daño mayor, por cuanto el mundo laboral moderno les proporciona unas condiciones ideales para su sabotaje. Las tácticas y campos de acción de los pequeños saboteadores son muy variadas, ya que ellos actúan a todos los niveles, pero su misión principal es bloquear los procesos para la gestión del cambio, así como evitar que cualquier organización ponga en práctica nuevos proyectos o simplemente hacerlos sucumbir.


Los autores explican que muchas frases usadas en la empresa con la mayor cotidianidad nos indican que clase de saboteadores somos y por qué actuamos así; en cada una de ellas están implícita tácitamente miedos, inseguridades, esquemas mentales, valores, antivalores, etc. Muchas de estas frases frenan todo compromiso con la organización o simplemente dilatan con alevosía y premeditación decisiones que pueden ser trascendentales y todo se deja para el año siguiente. Lo interesante del libro es que al reconocer a los pequeños saboteadores nos brindan una serie de herramientas para que le demos un giro de 360° al individuo reconocido como saboteador y podamos actuar de forma paciente pero consecuente contra estos actos de sabotaje sobre todo si nosotros desempeñamos responsabilidades en la puesta en marcha de proyectos vitales.


En este libro vamos a introducirnos en la psicología de los saboteadores, a conocer sus tácticas y a revertirlas, aquí radica la mayor atención, el truco está en ubicar a estos saboteadores en lugares estratégicos de la organización, en puestos clave donde se sientan a gustos para aprovechar al máximo sus puntos fuertes y compensar los débiles. Cada uno de ellos tiene un potencial increíble por explotar y sólo reconociendo y dándole la importancia necesaria, tendremos el éxito en los cambios que deseamos generar. Cuando se formen equipos de trabajo donde se consiga una colaboración constructiva y todos piensen en función de su equipo se podrán mover montañas.


Este libro, no sólo plantea la parte objetiva de cualquier organización sino que nos lleva a ver la importancia de la parte subjetiva, el porque todo gerente debe ir también hacia la parte emocional de sus empleados, reconocer sus necesidades, expresar muchas veces un ruego en lugar de una exigencia y plantean tres elementos clave para solucionar el problema de los saboteadores: gestionar por objetivos para medir el rendimiento en base a los objetivos adjudicados, el uso de la comunicación abierta, es decir ir al plano subjetivo de la comunicación y el conocimiento de la llamada inteligencia emocional de su equipo de trabajo, teniendo en cuanta estos elementos los autores nos brindan sugerencias y trucos para el día a día de la empresa, ya que como ellos mismos plantean, cada uno de los empleados tiene su propio saboteador interno y éste es muy específico. Aprendiendo a colocar a cada saboteador en su justo espacio junto a otros saboteadores similares se podrán compensar sus puntos y se logrará llevar a cabo sin tantas trabas ni conflictos todo gran proyecto que cualquier organización pretenda llevar adelante.


Lo cierto es que para los autores cada persona arrastra consigo a un saboteador que es característico de su personalidad y de su trasfondo cultural y que le incita a realizar las acciones más singulares. Igualmente plantean que en toda empresa un gerente o consultor debe saber identificar la clase de problemas que pueden presentarse y dependiendo del tipo de problema deberá iniciar una acción única o deberá poner en marcha un cambio duradero de comportamiento, como siempre tendremos a los saboteadores como acompañantes, que además son listos, de vez en cuando debemos escuchar sus consejos y esto será más inteligente que si los rechazamos de plano, el involucrar a y hacer participe en la toma de decisiones al equipo de trabajo significa la posibilidad de reflexionar y opinar desde puntos de vista diferentes, y aunque al principio suene agotador, para los autores, el actuar de este modo nos permitirá ver el trasfondo de las discrepancias y al tomar una decisión en conjunto habrá que aclarar las consecuencias que traerá el desviarse de sus objetivos, estos objetivos deben estar tan claro que cada empleados será capaz de escribirlo y dar su aporte al mismo, así se sabría si existen percepciones distorsionadas o incongruencias. La única posibilidad de vencer con astucia al saboteador y de ofrecer al cerebro una información con la que éste pueda hacer algo, está en ofrecer objetivos formulados de una forma positiva y concreta, cuanto más difícil sea la situación en la que se encuentre la empresa más complejo será el problema y a más corto plazo deberán fijarse los objetivos.


Al final del libro conseguiremos en cinco pasos las herramientas estratégicas, para convertir a ese saboteador en el mejor amigo de la empresa, en primer lugar tomar una decisión certera sobre lo que vamos a emprender, pero al mismo tiempo hacerla conocer a todos lo de su misma especie, porque sólo si todos y cada uno de los miembros de su equipo de trabajo comprenden, aceptan y apoyan la misión, se identificarán con el objetivo de la empresa o del proyecto y trabajarán con motivación para su consecución, en segundo lugar elaborar una planificación clara del objetivo y luego ponerla en práctica, en cuarto lugar controlar los resultados y por último se recompensará cada gerente por el éxito obtenido y la labor realizada en pro de toda organización.

Liliana Guevara Henríquez
Maestría de Gerencia de Talento Humano